lunes, 23 de agosto de 2010

Crónica: El Ruido agente perturbador de la convivencia ciudadana en Cartagena.

  • Crónica: El Ruido agente perturbador de la convivencia ciudadana en Cartagena.
    Por: Bernardo Romero Parra
  • P.U. Comunicación Social Periodismo.

    La Identificación del Problema.
    La falta de cultura ciudadana es una de las circunstancias que agrava los diferentes problemas sociales que padece la comunidad cartagenera en áreas como: el medio ambiente, la movilidad automotriz o peatonal, la seguridad y la convivencia ciudadana. Son varios los proyectos que la administración distrital ejecuta con el fin de mejorar los niveles del comportamiento ciudadano, pero resultan insuficientes ante el grado de desconocimiento de un numeroso porcentaje de la población de mínimas normas de urbanidad, civismo y respeto de los deberes y derechos que debe observar una persona para vivir en comunidad.

    Si damos un vistazo a nuestro alrededor encontraremos por doquier los desechos sólidos, plásticos u orgánicos, que se amontonan en los caños y canales de aguas servidas y pluviales como los de Olaya Herrera, inclusive hasta el mar Caribe recibe basura que después la naturaleza en su sabiduría devuelve, esparciéndola en playas como la de Marbella, los residuos son arrojados tanto de los buses y busetas de transporte público como de lujosos automóviles ultimo modelo. Hay algo que se esta volviendo normal en Cartagena y es percibir el olor a orín, compartido con la hediondez fecal humana o animal en cualquier sitio del centro histórico, algunas comunidades de sectores como San Francisco o Santa Rita también están acostumbradas a esos olores al desbordarse el alcantarillado y no lo diferencian de otros aromas como tampoco los vecinos de Crespo, Siete de Agosto y del mismo San Pacho sienten el ruido cuando llegan los aviones al aeropuerto Rafael Núñez. En las calles de los barrios o en avenidas principales como la Pedro de Heredia los conductores de vehículos públicos o particulares se parquean en los andenes, poniendo en riesgo la vida de las peatones que obligan a tirarse a la vía.

    Recorriendo un domingo en la tarde varios sectores aledaños a las estribaciones del Cerro de la Popa en Cartagena, encontramos en un tramo de cada tres o cuatro casas había un aparato de sonido a todo timbal y a su alrededor un grupo pequeño de personas que departían en una lucha por imponer sus ritmos musicales; en esas calles lo que se percibía era un escándalo infernal. En los buses urbanos los “sparring” y el chofer garrote en mano mandan a bajar o a “coger taxi” a los ciudadanos que les piden el favor de bajar el volumen del pasacintas. En las urbanizaciones cerradas, los propietarios e inquilinos llaman a la policía por los excesos de volumen en los aparatos de sonido, mientras en sectores residenciales de estrato cinco y seis; como Manga y Bocagrande se denuncia el mal uso de los sofisticados equipos de sonido en los vehículos de los hijos de papi y mami, los cuales parquean cerca de las residencias, en otros barrios hasta grupos religiosos han sido tutelados por escándalos sonoros. En la mayoría de los barrios populares de Cartagena cualquier día un vecino decide prender su “equipo de sonido” compuestos de cuatro cajas, con parlantes de 15”, especialmente los fines de semana, en parrandas interminables teniendo como excusa la celebración del cumpleaños hasta de las mascotas.

    Policías con Desesperanza Adquirida.

    En referencia al abuso con altos niveles de sonido en establecimientos públicos o en residencias familiares en Cartagena, la ciudadanía acude a las autoridades de policía llamando a los números telefónicos 112 o 123, donde se recibe la queja y se divulga por radio para que las patrullas de la respectiva jurisdicción atiendan el caso, estas recogen los datos se desplazan hacia el lugar le piden a la persona protagonista del escándalo por ruido que le baje el volumen al equipo y se marchan a continuar con sus labores, quedando la comunidad otra vez a merced del dueño del aparato de sonido quien vuelve a subir el volumen y lo apaga a la hora que le de su gana; sin tener en cuenta los derechos de sus vecinos a la tranquilidad, intimidad, al descanso y en general a vivir en paz.

    Al consultarle a varios miembros de la policía entre patrulleros y sub intendentes del porque no son mas exigentes con los actores de los abusos con los altos niveles de sonido, estos responden que lo único que pueden hacer es solicitarle a los ruidosos que bajen el volumen, pero que si están en propiedad privada mas nada pueden hacer. –Mire una persona en su casa puede hacer lo que le de la gana y la policía no puede hacer nada.- nos afirmo un Sub Intendente de la Policía Metropolitana de Cartagena comandante de un CAI, también nos pregunto que si éramos cartageneros, dándonos a entender que si somos de esta ciudad deberíamos estar acostumbrados a los excesos en materia de sonido, por lo que no debíamos ser intolerantes ante los festejos desmedidos de los vecinos, porque eso es parte de esta cultura.- Mi hermano Usted lo que tiene es que acostumbrarse.-acoto otro Sub Intendente. La desesperanza adquirida de esos miembros de la Policía Metropolitana de Cartagena ante los abusadores con el ruido, nos llevo a comprender la magnitud de ese problema que acrecienta otros conflictos sociales como la inseguridad ciudadana y la violencia intrafamiliar, por lo que debe ser prioritario para la sociedad cartagenera la búsqueda de alternativas para dar solución a esta problematica, ya que los ciudadanos de bien se encuentran ante estas circunstancias desamparados por las autoridades de policía.

    El Manual de Normas de Conductas y Convivencia Ciudadana del Distrito de Cartagena.

    La actitud displicente, resignada y de fatiga demostrada por los policías que entrevistamos sobre el caso del abuso con los altos niveles de sonido es una situación de la realidad en la ciudad de Cartagena, que reclama urgentemente la intervención de las autoridades civiles y de la misma institución policial, porque lo mas posible es que ese comportamiento sea compartido por un mayor numero de integrantes de la Policía Metropolitana de Cartagena, lo que evidenciaría la existencia de la falta de disposición de los agentes para actuar ante factores que alteren la tranquilidad y convivencia pacifica que como cartageneros tenemos el derecho a gozar.
    Desconocen los integrantes de la Policía Metropolitana de Cartagena que así actúan, la vigencia del Manual de Normas de Conductas y Convivencia Ciudadana del Distrito de Cartagena aprobado por el Concejo de esta ciudad mediante el acuerdo 024 de 2004 y modificado por los acuerdos: 036 y 039 de 2006, 005 de 2007, 01 de 2008 y 008 de 2009, sobre él Alfredo Díaz Ramírez, presidente actual del Concejo afirma .- Su objeto es establecer de una forma clara y concisa las normas de comportamiento social y de convivencia ciudadana, de igual forma los procedimientos jurídicos y administrativos para todos los actos públicos que se realicen en esta ciudad, y agrega.- En este documento se fomenta la convivencia entre ciudadanos, la aceptación y el respeto por los derechos humanos de todos y todas, con el fin de tener una mejor calidad de vida, fortaleciendo la familia como núcleo fundamental de la sociedad.

    Precisamente en el Manual de Normas de Conductas y Convivencia Ciudadana del Distrito de Cartagena, en su artículo 48, dice, sic- Con el propósito de lograr la armonía de Convivencia Ciudadana del Distrito de Cartagena de Indias se hace necesario destacar el respeto de las actividades normales de las personas, tanto en el espacio público como en el privado. De donde se desprende la observancia de los siguientes comportamientos que garanticen la tranquilidad de los ciudadanos: Inciso 4.Sic-Toda persona debe respetar en las reuniones, fiestas, ceremonias y actos religiosos, los niveles admisibles de ruido en los horarios, permitidos y evitar cualquiera otra actividad que perturbe la tranquilidad del lugar. En todo caso, deberá informar con anterioridad a los vecinos que puedan verse afectados.

    En el artículo 200, se le entrega funciones a los comandantes de estación así: Les compete a los comandantes de estación, prevenir y desarrollar estrategias conducentes a prevenir y subsanar, los comportamientos de las personas contrarios a la Convivencia Ciudadana, el orden publico, la salubridad y seguridad de los habitantes de todo el territorio de su jurisdicción en el Distrito de Cartagena de Indias. Parágrafo Primero: También es responsabilidad de los comandantes de estación, velar por la preservación y libre acceso de los habitantes del Distrito de Cartagena de Indias, al espacio publico y al cuidado del mismo; además, preservar y custodiar los monumentos del Patrimonio histórico de la ciudad. Parágrafo Segundo: Podrán además, impartir ordenes de policía con sujeción a lo estipulado en el Código Nacional de Policía.
    El artículo 207, dice.- Se entienden como medidas correctivas para efectos del presente código, todas aquellas herramientas y mecanismos necesarios con las que cuentan las autoridades de policía Distritales, para resolver los conflictos que surjan entre particulares, con el objeto de conservar el orden y la convivencia ciudadana, que además se encuentran establecidas en la presente norma. Parágrafo: Para tales fines, se aplicaran además de las establecidas en el Código Nacional de Policía, las siguientes:
    1 Amonestación en público y compromiso de cumplir reglas de convivencia.
    2. Expulsion de sitio público o abierto al público y compromiso de cumplir las reglas de convivencia ciudadana.
    3. Trabajo en obra de interés publico, de carácter ecológico, de pedagogía ciudadana o asistencia humanitaria y compromiso de cumplir las reglas de convivencia ciudadana.

    ¿Porque no hay resultados ante la perturbación de la tranquilidad ciudadana?

    Los anteriores artículos del Manual de Normas de Conductas y Convivencia Ciudadana del Distrito de Cartagena nos demuestran que si hay herramientas para aplicar en la solución de la problemática de abuso con altos niveles de sonido en los sectores residencial o comercial y que es deber de las autoridades usarlas adecuadamente y verificar su cumplimiento, por lo que se hace necesario el estudio del contenido del manual entre las autoridades de Policía y las autoridades civiles como: la Secretaria del Interior y Convivencia Ciudadana del Distrito, La Directora del EPA, Distriseguridad, los Alcaldes Locales y los Inspectores de Policía para que ese instrumento de civilidad deje de ser un compendio de letra muerta y se convierta en una guía practica que facilite el mejoramiento de comportamiento cívico de la población cartagenera. Luego la socialización del Manual de Convivencia de Cartagena debe llegar a las fuerzas vivas de la ciudad en cada uno de los estratos sociales desde los Clubes Sociales hasta las Juntas de Acción Comunal y ciudadanía en general, inclusive los medios de comunicación deberían recibir una capacitación especial para que desde las emisoras, programas de televisión o los periódicos se conozca las normas que debe observar una persona para vivir bien respetando los derechos de los demás.

    Reconocida la ausencia de formación ciudadana en la población corresponde a las autoridades asumir su responsabilidad de ejercer las funciones otorgadas por la Constitución, Leyes y Acuerdos Distritales para la aplicación del Manual de Normas de Conductas y Convivencia Ciudadana del Distrito de Cartagena, es aquí donde surge la importancia de la acción de la policía, la cual puede con la investidura y poder que le da el estado realizar labores preventivas y hasta pedagógicas con la población desadaptada, en ese sentido los miembros de la policía actuarían como gestores sociales para la convivencia ciudadana aunando esfuerzos con organizaciones sociales como las juntas de acción comunal y asociaciones de vecinos para la realización de actividades de intervención en las comunidades para disminuir los niveles de ruido como: Control a los infractores por el abuso del ruido en las comunidades, con anotación en un libro en los CAIS de Policía y en las Inspecciones de Policía donde se consignen los nombres y direcciones de las personas denunciadas con el fin de llevar un control estadístico que permita realizar acciones de vigilancia, monitoreo y educación comunitaria. A estas personas se les entregaría un comparendo por la policía para que se presente el día siguiente hábil a una audiencia pública en el CAI o la respectiva inspección de policía del área de su jurisdicción, donde como acciones pedagógicas se le conmine al Querellado a suspender sus acciones en contra de sus vecinos y a recibir un curso de Relaciones Humanas y vida en comunidad, luego si reincide deberá recibir las sanciones mas drásticas que contemple el manual de convivencia, esta propuesta requiere lógicamente la creación por parte de la Policía Metropolitana de Cartagena de grupos especiales de policía como gestores sociales de convivencia ciudadana, la coordinación con las entidades distritales y la participación de la comunidad.