viernes, 15 de abril de 2011

LA CREACIÓN DE ZONAS DE REHABILITACIÓN CIUDADANA EN CARTAGENA

LA CREACIÓN DE ZONAS DE REHABILITACIÓN CIUDADANA EN CARTAGENA. Por: Bernardo Romero Parra.
P.U. Comunicación Social Periodismo Postgrado en Gestión de la Participación Ciudadana. La noticia publicada hace varios días en el Periódico El Universal de Cartagena sobre el entierro de un joven miembro de una pandilla en un sector de Olaya Herrera, donde se informo que el féretro fue llevado en hombros por sus amigos en una marcha encabezada por motociclistas, y que para despedir al difunto, sacaron al muchacho del ataúd, lo sentaron en una silla para que se tomara unos tragos con ellos y le pusieron de música de fondo, en un picó a todo volumen, su champeta favorita, impresiono a muchos cartageneros. En referencia a este tema el historiador Alfonso Munera, en su columna de ayer 12 de abril expreso: “Quizás, debiéramos repetirlo a diario, son el más terrible de los resultados de la degradación de la vida comunitaria cartagenera, del imperio de la corrupción en todos los niveles, que acabó con la buena educación popular, y vio con indiferencia el crecimiento desordenado de los tugurios de la periferia”.Para los cartageneros residentes en sectores populares con graves problemas sociales los hechos sucedidos en el sepelio de este joven no son nuevos, por ejemplo hace varios años en los barrios de la zona norte se dieron casos similares cuando los amigos de los jóvenes muertos, uno en atraco y el otro en un festejo, le echaron licor, cerveza y hasta droga al cajón, sacaron al cadáver lo llevaron a la mitad de la calle, los bañaron de licor y cerveza hasta los pusieron a bailar champeta, todo eso frente a personas mayores que apoyaron el macabro acto. Compartimos con el columnista Munera el concepto de que estas situaciones narradas demuestran la profunda degradación de la vida comunitaria en Cartagena, problemática que se ha venido denunciando, pero que las autoridades no le han dado la importancia que merece y cada día se deteriora mas el tejido social llevando a la alienación a eso seres humanos que sobreviven en condiciones miserables. Quizás muchos no lo sepan, pero en incontables sectores de la ciudad la gente solo se preocupa por sobrevivir, en las relaciones entre las personas que se hacen llamar familia no existe respeto, comunicación ni afecto, se llaman por apodos y utilizan palabras vulgares de alto calibre para dirigirse a los demás, es por eso que resulta común que un nieto pueda insultar a sus abuelos llamándolos “viejo cara de mon…o cara de ver....” ante sus padres sin que estos los reprendan. Hay casas donde de lunes a viernes no se escucha un noticiero ni de radio, ni de televisión solo se ven telenovelas y se oye la algarabía de un equipo a todo volumen, cuando no es un picó que se prende en las madrugadas y se apaga al amanecer del otro día, después en el fin de semana los “jefes del hogar” se emborrachan al son del picó hablándose con palabras irrepetibles, bailando frente a los niños y niñas de forma indecente, terminando en trifulcas donde el padre en su ebriedad golpea a la madre y esta botella en mano trata de defenderse. Luego como se podría pedir respeto por parte de esos padres, cuando no dan buen ejemplo, entonces los hijos crecen como las plantas silvestres, donde el medio los atrapa en pandillas, drogas y toda clase de delincuencia, por esas razones la sociedad civil debe pronunciarse para que en Cartagena iniciemos una cruzada para rehabilitar al ser humano y reconstruir a la familia como núcleo de una sociedad progresista. En ese sentido la inversión social en el ciudadano juega un papel importante a través de la educación que se ofrece al joven estudiante, pero que es necesario extender a las familias para obtener mejores resultados que beneficien a la comunidad de una forma integral. Una de las posibles soluciones a esta problemática social en Cartagena, podría ser la Creación de Zonas de Rehabilitación Ciudadana, cuyo objetivo es mejorar las condiciones integrales de seguridad en territorios con mayores índices de hechos delincuenciales y sociales según las estadísticas oficiales, donde el gobierno Distrital intervendría estas comunidades, para desarrollar en ellos programas sociales dirigidos a los habitantes y sus núcleos familiares con el apoyo de las fuerzas armadas y de policía. Promoviendo la reeducación de la familia, la construcción de cultura ciudadana y confianza en las instituciones, controlando y reduciendo la criminalidad, en el marco del estado de derecho.