Los Compromisos Éticos del Servidor Publico
Por: Bernardo Romero Parra.
La historia del ex sub oficial Edgar Santander Paz, quien en una acción desesperada para conseguir respuestas positivas por parte del estado a su solicitud de pensión, mantuvo durante más de dos horas a varios rehenes en una oficina en el centro de Bogotá. Hechos por los se encuentra tras las rejas en la cárcel de la picota, ya que la Fiscalía le imputó los delitos de secuestro extorsivo agravado, porte, tráfico de armas y munición de uso privativo de las Fuerzas Militares. Pone en evidencia fallas en el sistema de seguridad social de las fuerzas armadas, luego que nos enteráramos por boca de un hermano del ex militar en Santa Marta que esa persona después de prestar mas de 17 años en el ejercito, fue dado de baja en la institución y tenia una situación económica tan difícil que le pedía a sus familiares ayuda para tener un trabajo siguiera de tirador de bultos. Jamás podemos justificar este tipo de acciones, pero este drama nos plantea una serie de preguntas; ¿a cuantos funcionarios públicos de seguro acudió el ex sub oficial, sin encontrar respuestas a sus solicitudes? ¿Por qué el ministerio de defensa no incluyo al señor Paz en un programa de trabajo social de apoyo a la reinserción a la vida civil, que le ayudara como mínimo a conseguir un trabajo de vigilante? ¿Por qué se obliga a los ciudadanos a realizar actos extremos para atenderlos adecuadamente?
El drama anterior nos es único, ya que otras ocasiones personas angustiadas han recurrido a: amarrarse, crucificarse y hasta intentar secuestrar un avión, lo que debería hacer reflexionar a los funcionarios públicos sobre las enseñanzas del maestro Jesús, que decía: “No hagáis a otro lo que no quisierais que hagan contigo”, lo cual se constituye en la mayor demostración de sensatez y justicia de una persona, pero los seres humanos, en especial los empleados del gobierno ignoran este proceder que de cumplirse acabaría con numerosos problemas de convivencia social; ¿Por qué un funcionario pudiendo firmar o tramitar un documento en un instante, lo deja en su escritorio sin importarle la necesidad de quien lo requiere? ¿Por qué no se le presta la atención debida a las personas cuando acuden a una institución pública, implorando ayuda? Cuando sabemos que dependiendo del esmero con que se trate las solicitudes de las personas, se obtiene una solución adecuada, que inclusive pueda salvar vidas.
Los diccionarios definen al servidor como la persona que sirve como criado, y público lo perteneciente o relativo a todo el pueblo, entonces servidor público es quien le es útil a la comunidad en general de acuerdo a sus funciones establecidas en la constitución, las leyes y los reglamentos, de igual manera la carta magna entre uno de los principios del estado establece el servir a la comunidad. Por lo tanto toda persona llamada al servicio público debe ser consciente de sus deberes legales, sin ignorar el compromiso ético de poner en práctica nuestros valores humanos que nos obligan a ser solidarios, caritativos, bondadosos en fin a brindar la ayuda integral que podemos dar a los demás como funcionarios y como personas. La atención eficaz y oportuna, la amabilidad, la orientación y comprensión a quienes solicitan los servicios constituyen hoy las cualidades de un verdadero servidor público.
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