En Cartagena, me quedo.
Los colegas Rubén Darío Álvarez y Ricardo Chica Gelis, en sendos artículos publicados en El Universal, han expresado pensamientos pesimistas sobre el futuro de Cartagena, hasta el punto que uno de ellos justifica un posible éxodo de conciudadanos.
Debo manifestar que no comparto esa respetable posición y por el contrario a pesar de las dificultades siempre encuentro en nuestro terruño innumerables motivos para seguir creyendo en un mejor porvenir para esta tierra y los que aquí vivimos.
Nada mas hay que disfrutar el embeleso que se siente al descubrir la ciudad desde el cerro de la popa o sentir la camaradería entre los cartageneros y cartageneras departiendo un viernes cuando comienza la noche, en el rincón “Donde Fidel” en el portal de los dulces, único sitio en Colombia donde la discriminación racial, ni las influencias no existen y los personajes ricos o pobres, famosos o anónimos tienen que hacer fila en estricto orden para miccionar, es maravilloso dejar que la sangre ebulla en las venas al vibrar con las notas de un grupo folclórico interpretando temas como “Cartagena Alegre”, del maestro Catalino Parra que dice: ehh, ehh Cartagena, Cartagena es Bonita, provocando que el sonido de los tambores remuevan dentro de cada uno de nosotros los mas profundos sentimientos de la Cartageneridad.
Que decir de un paseo por las instituciones de educación secundaria y superior donde la juventud cartagenera, se prepara con dedicación y esmero para enfrentarse con mejores herramientas a las dificultades que vienen con el pasar de los tiempos, o de los jóvenes que se reúnen en grupos de oración para pedir por la ciudad o de los que practican deportes con mucho sacrificio y esfuerzo pensando en obtener triunfos que le cambien la vida y hasta el estrato social, emulando por ejemplo a los hermanos Cabrera.
La recuperación del sentido de pertenencia de la ciudad, es sumamente necesario, ya que la serie de problemas sociales de Cartagena ha hecho que ignoremos que esta urbe, como macro-comunidad esta compuesta además por: grupos humanos, territorio y las Interrelaciones de igual manera hay aspectos integradores: vínculos, valores, costumbres, intereses y las necesidades, sobre este tema podemos asegurar que en la actualidad si convocamos a un buen numero de nativos, muy pocos podrán identificar las características que identifican el ser cartagenero, ni a sus figuras representativas; como el caso del Joe Arroyo, que vive exiliado en Barranquilla, rodeado del cariño de ese pueblo, el exboxeador Rodrigo Valdez ejemplo clásico de la humildad, el poeta getsemanicense Pedro Blas Julio Romero o el filosofo e investigador Enrique Muñoz Vélez fieles exponentes de nuestra cultura.
Lastima que la “sociedad cartagenera”, siga cerrada al proceso de movilidad social que normalmente debería existir en una comunidad que progresa con la evolución de los tiempos, haciendo invisibles al cúmulo de valores humanos que surgen de los sectores populares y que por sus cualidades están en la disposición de contribuir en la construcción de una mejor ciudad, nos atrevemos a afirmar que solo con la integración social podremos superar la crisis que hoy padece Cartagena.
Quien no se llena de satisfacción al conocer los triunfos de otros cartageneros como los que obtuvieron: Julio Cesar Meza, Yeimi Paola Vargas, hermanos cabrera o la liberación de Fernando Araujo Perdomo, no vive su cartageneridad, por las razones anteriores a diferencia del Joe, en Cartagena me quedo.
beropa@latinmail.com
Los colegas Rubén Darío Álvarez y Ricardo Chica Gelis, en sendos artículos publicados en El Universal, han expresado pensamientos pesimistas sobre el futuro de Cartagena, hasta el punto que uno de ellos justifica un posible éxodo de conciudadanos.
Debo manifestar que no comparto esa respetable posición y por el contrario a pesar de las dificultades siempre encuentro en nuestro terruño innumerables motivos para seguir creyendo en un mejor porvenir para esta tierra y los que aquí vivimos.
Nada mas hay que disfrutar el embeleso que se siente al descubrir la ciudad desde el cerro de la popa o sentir la camaradería entre los cartageneros y cartageneras departiendo un viernes cuando comienza la noche, en el rincón “Donde Fidel” en el portal de los dulces, único sitio en Colombia donde la discriminación racial, ni las influencias no existen y los personajes ricos o pobres, famosos o anónimos tienen que hacer fila en estricto orden para miccionar, es maravilloso dejar que la sangre ebulla en las venas al vibrar con las notas de un grupo folclórico interpretando temas como “Cartagena Alegre”, del maestro Catalino Parra que dice: ehh, ehh Cartagena, Cartagena es Bonita, provocando que el sonido de los tambores remuevan dentro de cada uno de nosotros los mas profundos sentimientos de la Cartageneridad.
Que decir de un paseo por las instituciones de educación secundaria y superior donde la juventud cartagenera, se prepara con dedicación y esmero para enfrentarse con mejores herramientas a las dificultades que vienen con el pasar de los tiempos, o de los jóvenes que se reúnen en grupos de oración para pedir por la ciudad o de los que practican deportes con mucho sacrificio y esfuerzo pensando en obtener triunfos que le cambien la vida y hasta el estrato social, emulando por ejemplo a los hermanos Cabrera.
La recuperación del sentido de pertenencia de la ciudad, es sumamente necesario, ya que la serie de problemas sociales de Cartagena ha hecho que ignoremos que esta urbe, como macro-comunidad esta compuesta además por: grupos humanos, territorio y las Interrelaciones de igual manera hay aspectos integradores: vínculos, valores, costumbres, intereses y las necesidades, sobre este tema podemos asegurar que en la actualidad si convocamos a un buen numero de nativos, muy pocos podrán identificar las características que identifican el ser cartagenero, ni a sus figuras representativas; como el caso del Joe Arroyo, que vive exiliado en Barranquilla, rodeado del cariño de ese pueblo, el exboxeador Rodrigo Valdez ejemplo clásico de la humildad, el poeta getsemanicense Pedro Blas Julio Romero o el filosofo e investigador Enrique Muñoz Vélez fieles exponentes de nuestra cultura.
Lastima que la “sociedad cartagenera”, siga cerrada al proceso de movilidad social que normalmente debería existir en una comunidad que progresa con la evolución de los tiempos, haciendo invisibles al cúmulo de valores humanos que surgen de los sectores populares y que por sus cualidades están en la disposición de contribuir en la construcción de una mejor ciudad, nos atrevemos a afirmar que solo con la integración social podremos superar la crisis que hoy padece Cartagena.
Quien no se llena de satisfacción al conocer los triunfos de otros cartageneros como los que obtuvieron: Julio Cesar Meza, Yeimi Paola Vargas, hermanos cabrera o la liberación de Fernando Araujo Perdomo, no vive su cartageneridad, por las razones anteriores a diferencia del Joe, en Cartagena me quedo.
beropa@latinmail.com
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