Así es la Democracia.
En las elecciones para Alcalde de Cartagena del año 1994, la gran mayoría de las fuerzas políticas rodeaban al candidato Héctor García Romero, mientras que Guillermo Paniza Ricardo, casi en solitario libraba una lucha con certeros golpes de opinión como: dormir en sectores populares para conquistar el apoyo de los inconformes o realizar mítines en sitios con problemas como la laguna que se formaba en el barrio nuevo bosque; detrás de el estaban los gremios y el ex alcalde Nicolás Curi Vergara.
Al final de esa justa democrática Paniza venció en forma indiscutible, su discurso convenció al electorado, llego al poder del palacio de la aduana con un respaldo popular inigualable que presagiaba cambios definitivos en la forma de administrar la ciudad y la implantación de nuevos modelos para hacer política, pero desafortunadamente en su ejercicio como Alcalde siguió con la confrontación como si el debate electoral hubiese continuado, desvaloro en su totalidad las acciones de la anterior administración, desaprovechando los avances significativos que en algunas áreas se alcanzo, además mantuvo por largo tiempo una batalla estéril con el concejo de la ciudad.
Esas condiciones causaron por ejemplo: la parálisis del proceso de descentralización administrativa al ordenar el Alcalde que los funcionarios delegados en las Alcaldías Menores por secretarias como educación, obras y hacienda entre otras retornaran a las oficinas centrales, de igual manera el Alcalde reasumió funciones delegadas a los Alcaldes Menores, en materias de urbanismo, restitución de los espacios públicos y la imposición de multas, la caja menor por los gastos de las Alcaldías Menores, se redujeron de diez (10) a Cinco (5) salarios mínimos y el rubro destinado a la ejecución directa de obras menores, fue abolida.
El 28 de octubre de este año, la historia se ha repetido con protagonistas diferentes, el pueblo se pronuncio en las urnas, le ha dicho a Judith Pinedo ; “asume el poder de gobernar la ciudad para que conviertas en realidad todo ese cúmulo de buenos deseos para la comunidad cartagenera, que desde hace muchos años vienes predicando” y a su directo opositor Juan Carlos Gossain le ordeno la postergación de sus aspiraciones, quizás para que sus virtudes se acrecienten con el rigor de la forzada reflexión.
La futura administración distrital debe tender puentes de reconciliación, teniendo de presente que si queremos construir una comunidad modelo, a sus integrantes nos corresponde aportar nuestro concurso en pleno ejercicio de la convivencia pacifica, solo así se podrán sentar las bases para una Cartagena mas justa con prosperidad para todos.
Los graves problemas sociales, no dan espera, requieren de la intervención efectiva de la administración; no se puede pretender que nos traigan soluciones de afuera, desconociendo las inmensas cualidades de los nativos cartageneros, por lo que es obligatorio crear modelos propios de desarrollo local. En ese sentido es conveniente aprovechar la voluntad política del gobernador electo del Departamento de Bolívar, Joaco Berrio Villarreal, quien ha manifestado su intención de apoyar a la administración distrital en la tarea de mejorar las condiciones de vida de los cartageneros.
El 1º enero del 1998, el entonces Alcalde Guillermo Paniza, entregaba el bastón de mando a su aliado Nicolás Curi Vergara, diez años después este ultimo hará lo mismo con Judith Pinedo, aliada de Paniza, pero critica acérrima de Curi.
Así es la democracia.
En las elecciones para Alcalde de Cartagena del año 1994, la gran mayoría de las fuerzas políticas rodeaban al candidato Héctor García Romero, mientras que Guillermo Paniza Ricardo, casi en solitario libraba una lucha con certeros golpes de opinión como: dormir en sectores populares para conquistar el apoyo de los inconformes o realizar mítines en sitios con problemas como la laguna que se formaba en el barrio nuevo bosque; detrás de el estaban los gremios y el ex alcalde Nicolás Curi Vergara.
Al final de esa justa democrática Paniza venció en forma indiscutible, su discurso convenció al electorado, llego al poder del palacio de la aduana con un respaldo popular inigualable que presagiaba cambios definitivos en la forma de administrar la ciudad y la implantación de nuevos modelos para hacer política, pero desafortunadamente en su ejercicio como Alcalde siguió con la confrontación como si el debate electoral hubiese continuado, desvaloro en su totalidad las acciones de la anterior administración, desaprovechando los avances significativos que en algunas áreas se alcanzo, además mantuvo por largo tiempo una batalla estéril con el concejo de la ciudad.
Esas condiciones causaron por ejemplo: la parálisis del proceso de descentralización administrativa al ordenar el Alcalde que los funcionarios delegados en las Alcaldías Menores por secretarias como educación, obras y hacienda entre otras retornaran a las oficinas centrales, de igual manera el Alcalde reasumió funciones delegadas a los Alcaldes Menores, en materias de urbanismo, restitución de los espacios públicos y la imposición de multas, la caja menor por los gastos de las Alcaldías Menores, se redujeron de diez (10) a Cinco (5) salarios mínimos y el rubro destinado a la ejecución directa de obras menores, fue abolida.
El 28 de octubre de este año, la historia se ha repetido con protagonistas diferentes, el pueblo se pronuncio en las urnas, le ha dicho a Judith Pinedo ; “asume el poder de gobernar la ciudad para que conviertas en realidad todo ese cúmulo de buenos deseos para la comunidad cartagenera, que desde hace muchos años vienes predicando” y a su directo opositor Juan Carlos Gossain le ordeno la postergación de sus aspiraciones, quizás para que sus virtudes se acrecienten con el rigor de la forzada reflexión.
La futura administración distrital debe tender puentes de reconciliación, teniendo de presente que si queremos construir una comunidad modelo, a sus integrantes nos corresponde aportar nuestro concurso en pleno ejercicio de la convivencia pacifica, solo así se podrán sentar las bases para una Cartagena mas justa con prosperidad para todos.
Los graves problemas sociales, no dan espera, requieren de la intervención efectiva de la administración; no se puede pretender que nos traigan soluciones de afuera, desconociendo las inmensas cualidades de los nativos cartageneros, por lo que es obligatorio crear modelos propios de desarrollo local. En ese sentido es conveniente aprovechar la voluntad política del gobernador electo del Departamento de Bolívar, Joaco Berrio Villarreal, quien ha manifestado su intención de apoyar a la administración distrital en la tarea de mejorar las condiciones de vida de los cartageneros.
El 1º enero del 1998, el entonces Alcalde Guillermo Paniza, entregaba el bastón de mando a su aliado Nicolás Curi Vergara, diez años después este ultimo hará lo mismo con Judith Pinedo, aliada de Paniza, pero critica acérrima de Curi.
Así es la democracia.
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