Dejar hacer, dejar pasar y luego criticar.
Por: Bernardo Romero Parra.
P.U. Comunicación Social Periodismo.
“Dejar hacer, dejar pasar" es una frase del Francés Jean-Claude Marie Vicent de Gournay que se refería a la teoría en economía que plantea reducir drásticamente la influencia de los gobiernos empezando por abstenerse de participar en la economía, esa expresión también ha sido adoptada por los filósofos, sicólogos, sociólogos y demás investigadores del comportamiento humano atribuyéndola a la situación donde el individuo asaltado por las dudas e incapacidades no encuentra el camino que lo lleve a tomar decisiones con la seguridad de ser correctas, en ese momento es aconsejable hacer una pausa dejando que otros tengan la iniciativa para la resolución de determinada circunstancia.
Sin embargo a pesar de lo recomendable de esa aptitud, no podemos actuar permanentemente dejando hacer, dejando pasar las cosas, porque indefectiblemente nos convertimos en seres indiferentes, abstencionistas que abusamos de la caridad y buena fe de los demás haciendo que otros asuman las responsabilidades que nos corresponden. Si bien es cierto que los seres humanos contamos con la dimensión de ser social que facilita la convivencia y apoyo mutuo entre las personas, como complemento a las carencias que poseemos, no podemos desconocer que tampoco podemos convertirnos en una carga para la sociedad.
Según nuestro concepto la comunidad modelo esta conformada por un grupo de personas conscientes de pertenecer a una unidad social en la cual todos actúan compartiendo características comunes para alcanzar mejores niveles de vida individual y colectiva; significa la disposición de sus integrantes a compartir cualidades para superar las necesidades. Cuando pertenecemos a una organización social como la familia, surgen en la vida cotidiana aquellas maneras de comportarse que afectan la armonía de la convivencia, produciendo que busquemos el goce de beneficios con el menor esfuerzo posible por ejemplo: el egoísmo. Individualismo, comodismo, oportunismo, inmovilismo y toda clase de adjetivos que denotan deficiencias morales en las personas, las cuales le impiden aportar positivamente a los objetivos colectivos de alcanzar mayores niveles de desarrollo humano, por lo que el corregir esa clase de conductas es un reto para la persona que tiene voluntad de avanzar en la escala de la superación humana.
En el ejercicio de la meditación que debemos practicar constantemente, es bueno revisar si estamos Dejando Pasar, Dejando Hacer no como una estrategia de soslayar los problemas para luego solucionarlos como aconseja el autor Dale Carnegie, si no la parálisis o la evasión producida por el abrazo de los miedos y temores que detienen nuestra actividad o funcionamiento en cualquier proceso, ante esa manera de comportarse es preciso adoptar nuevas formas de enfrentarnos a las dificultades como:
1. Trabajar en equipo, reconociendo el liderazgo que otras personas pueden tener en determinadas ocasiones, sumándonos, realizando los aportes de que dispongamos
Para la resolución de los conflictos.
2. Actuar identificando nuestros deberes frente a la situación que se nos presente.
3. Descubrir nuestras debilidades y potencialidades.
4. Reconocer el valor al esfuerzo ajeno, expresando voces de gratitud.
5. Tener una dignidad crecida, definida como el tener una alta percepción de autorespeto y autoestima.
En toda ocasión es conveniente reflexionar antes de actuar, como requisito previo para participar, lo que no podemos es acostumbrarnos a Dejar Pasar, Dejar Hacer y luego, si lo resultados no son los esperados; criticar y si son buenos callar.
Por: Bernardo Romero Parra.
P.U. Comunicación Social Periodismo.
“Dejar hacer, dejar pasar" es una frase del Francés Jean-Claude Marie Vicent de Gournay que se refería a la teoría en economía que plantea reducir drásticamente la influencia de los gobiernos empezando por abstenerse de participar en la economía, esa expresión también ha sido adoptada por los filósofos, sicólogos, sociólogos y demás investigadores del comportamiento humano atribuyéndola a la situación donde el individuo asaltado por las dudas e incapacidades no encuentra el camino que lo lleve a tomar decisiones con la seguridad de ser correctas, en ese momento es aconsejable hacer una pausa dejando que otros tengan la iniciativa para la resolución de determinada circunstancia.
Sin embargo a pesar de lo recomendable de esa aptitud, no podemos actuar permanentemente dejando hacer, dejando pasar las cosas, porque indefectiblemente nos convertimos en seres indiferentes, abstencionistas que abusamos de la caridad y buena fe de los demás haciendo que otros asuman las responsabilidades que nos corresponden. Si bien es cierto que los seres humanos contamos con la dimensión de ser social que facilita la convivencia y apoyo mutuo entre las personas, como complemento a las carencias que poseemos, no podemos desconocer que tampoco podemos convertirnos en una carga para la sociedad.
Según nuestro concepto la comunidad modelo esta conformada por un grupo de personas conscientes de pertenecer a una unidad social en la cual todos actúan compartiendo características comunes para alcanzar mejores niveles de vida individual y colectiva; significa la disposición de sus integrantes a compartir cualidades para superar las necesidades. Cuando pertenecemos a una organización social como la familia, surgen en la vida cotidiana aquellas maneras de comportarse que afectan la armonía de la convivencia, produciendo que busquemos el goce de beneficios con el menor esfuerzo posible por ejemplo: el egoísmo. Individualismo, comodismo, oportunismo, inmovilismo y toda clase de adjetivos que denotan deficiencias morales en las personas, las cuales le impiden aportar positivamente a los objetivos colectivos de alcanzar mayores niveles de desarrollo humano, por lo que el corregir esa clase de conductas es un reto para la persona que tiene voluntad de avanzar en la escala de la superación humana.
En el ejercicio de la meditación que debemos practicar constantemente, es bueno revisar si estamos Dejando Pasar, Dejando Hacer no como una estrategia de soslayar los problemas para luego solucionarlos como aconseja el autor Dale Carnegie, si no la parálisis o la evasión producida por el abrazo de los miedos y temores que detienen nuestra actividad o funcionamiento en cualquier proceso, ante esa manera de comportarse es preciso adoptar nuevas formas de enfrentarnos a las dificultades como:
1. Trabajar en equipo, reconociendo el liderazgo que otras personas pueden tener en determinadas ocasiones, sumándonos, realizando los aportes de que dispongamos
Para la resolución de los conflictos.
2. Actuar identificando nuestros deberes frente a la situación que se nos presente.
3. Descubrir nuestras debilidades y potencialidades.
4. Reconocer el valor al esfuerzo ajeno, expresando voces de gratitud.
5. Tener una dignidad crecida, definida como el tener una alta percepción de autorespeto y autoestima.
En toda ocasión es conveniente reflexionar antes de actuar, como requisito previo para participar, lo que no podemos es acostumbrarnos a Dejar Pasar, Dejar Hacer y luego, si lo resultados no son los esperados; criticar y si son buenos callar.
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